Cantar a pleno pulmón. Pisar el césped con los pies descalzos. Comer nocilla con los dedos de las manos. Hacerte gritar. Los besos de esquimal. Y los de mariposa. Reir hasta que me duela la barriga. Bailar bajo la lluvía. Saltar más alto que nadie. Tirarme a la piscina con ropa. Hacerme pasar por guiri. Ser feliz. Poner la música alta hasta que se quejen los vecinos. Viajar. Quitarte la ropa. Leer la Sombra del Viento. Que me hagas cosquillas. Subir en montañas rusas. Perderme por el bosque. Desayunar donuts de chocolate. Escuchar los susurros del viento. Coleccionar secretos. Las tardes de invierno. Subir hasta el cielo. Comerte a besos. El sonido de la lluvia. Patinar sobre el hielo.

lunes, 11 de julio de 2011

Huele a queroseno



Coger una maleta para echar en ella un par de sonrisas, la cámara de fotos y las ganas de ti. Por que, ¿para que vamos a permanecer en este lugar? Resulta que la persona que más te importa en tu pequeña vida no está aquí.
Que Madrid nos espera, con sus calles estrechas abarrotadas de turistas, con sus coches que pasan a toda velocidad sin fijarse en nada ni nadie, con sus comercios, sus luces, su luna. Madrid, deseado Madrid, para volver a ver amanecer desde allí, contigo.

Alberto, hoy, hace 485 días que te conocí. Hoy, te echo más de menos que nunca. Porque este mundo es extraño y 89,7 km se han atrevido a separarnos. Y hay un deseo infantil que me lleva a querer con todas mis fuerzas y mis ganas ir a Madrid, a verte, a volver a verte. 







1 comentario:

She is so psychedelic. dijo...

Me a encantado tu escrito,
& tus blogs♥
pasa por los mios cuando lo desees!
besos & abrazos esquizofreenicos