Ella se levantó sin preocuparse por armar ruido. Él seguía abrazándola, pero ni siquiera se dio cuenta de que se estaba incorporando.
Pelo enmarañado, ropa por el suelo ¡oh!¡un lucky!. Y ella se lo cogió prestado. Nada mejor para la resaca que un buen cigarrillo por la mañana.
Fue recogiendo sus pertenencias del suelo, y se fijó en que había dejado su almohada completamente roja por el carmín. Le daba igual, no era cosa suya. Y mientras se fijaba en la almohada también se fijaba en él. ¿Quién sería? Jerry creo... ¿O era Micke? ¡Bah!, tampoco importaba.
Él comenzó a abrir los ojos, y ella tardó poco en abrir la puerta para salir corriendo a medio vestir.
Y allí se quedó él, solo. Abrazado a su aroma y mirando un lucky destrozado en su mesilla con algo de carmín rojo.
Allí se quedó él, con el mero recuerdo de un guiño de ojos y una sonrisa que le llamaba a gritos.
Allí se quedó, sin saber si quiera como se llamaba la chica de sus sueños.
3 comentarios:
Tampoco ella sabe cómo se llama él...
Si de verdad es la chica de sus sueños la buscara :) el nombre al fin y al cabo es eso... un simple nombre!
Lucky, me gusta.
Besos de mamut ^^
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